Ayer tuve un día ajetreado, así que al llegar a casa decidí no hacer nada, no quedé con nadie, apagué el teléfono, simplemente quería relajarme y abstraerme de todo... de vez en cuando sienta muy bien. Para mí una buena noche de relax requiere ciertos factores; un sofá cómodo y buena música, sobre todo buena música, nada comercial, no quiero decir que no me guste en ciertas ocasiones, pero para estas prefiero algo tipo Fink, Pete Yorn o Jamie Cullum... y por supuesto, un vinito que acompañe el momento y si os gustan los puros, pues también. A mí me gustan, así que yo me fumé uno, pero cuidado, el sabor
y el olor del cigarro pueden distorsionar los aromas y sabores del vino.
Según llegué a casa me dirigí a la bodega, puesto que ya había picado algo e iba directamente al vino y al puro, decidí escoger un vino intermedio, es decir, ni muy fuerte ni muy suve... elegí un Martínez Lacuesta Crianza de 2006, de Bodegas Martínez Lacuesta, un clásico de Rioja. Es un vino con una crianza de 18 meses en barricas nuevas y seminuevas de roble francés y americano. Mucha gente piensa que cuanto más viejas sean las barricas, mejor para el vino. Esto es completamente falso,
es justo al revés, cuanto más nuevas sean, mejor. La explicación es sencilla, la madera nueva aporta todas sus propiedades al vino y conforme van enevejeciendo, aportan cada vez menos... el roble va perdiendo propiedades e incluso pueden quedar sedimentos de vinos anteriores.
Dependiendo de lo establecido en las diversas Denominaciones de Origen, el crianza
se trata de un vino de calidad que está sometido a un proceso de
envejecimiento de al menos 24 meses frente a los 36 de un reserva. Es importante tener en cuenta que para ser un crianza
el vino debe permanecer al menos seis meses en barricas de madera de
roble. Yo elegí uno de 18 meses, ya que el puro mataría mucho el sabor de otro vino con tan sólo seis meses de envejecimiento. Por cierto, antes de encender el puro, recomiendo catar el vino para descubrir todas sus propiedades sin ninguna contaminación...
Martínez Lacuesta es un multivarietal, o como dicen los franceses, muy finos ellos, coupage de tres variedades, Tempranillo, Graciano y Mazuelo. No sé exactemente los porcentajes, pero creo que predomina la Tempranillo. En nariz poca fruta, aunque como siempre en la ficha digan lo contrario... un vino no tiene porque ser afrutado para ser bueno... a mí me salen aromás más especiados... tal vez me recuerde un poco a orégano. En boca paso suave, lento... se va alargando y al final salen los tostados de la madera, vuelven las especias y un ligero toque de cacao... personalmente me gustó mucho, es un buen vino y la verdad es que con el puro entró solo.
La etiqueta me gusta, es clásica y sencilla. En la parte superior el logotipo, clásico también, en medio el nombre y la añada y después la D.O. Ca. Rioja muy destacada. Me gustan ambas etiquetas, las clásicas y las modernas, pero eso sí, siempre y que no sean recargadas. El precio muy bien, entre 8 y 9 euros y además fácil de encontrar, tiene muy buena distribución.
Me encantan estas noches, son de esas en las que piensas, piensas en cosas del pasado, cosas del presente y cómo te gustaría que fuera el futuro... y entre pensamientos y buenas canciones disfrutar del vino y fijarse en su color, su aroma y como no, su sabor... Al final objetivo cumplido; relax total, el vino muy rico, me fumé mi purito como un señor y contento a la cama pensando que había solucionado el mundo... que bonito es soñar.
miércoles, 31 de julio de 2013
viernes, 19 de julio de 2013
Cuatro Pasos, el "Vino del Oso"
Esta semana he subido a Barcelona a visitar a unos amigos, que por cierto, son una pareja encantandora. Estar alojado en su casa es como estar en un hotel de cinco estrellas, son tan detallistas y están tan pendientes de todo que cuando te quieres levantar para hacer algo, resulta que ya está hecho, en definitiva, los perfectos anfitriones.
Llegué a la estación de Sants a las 9 de la mañana y mi amigo ya estaba esperándome con su motillo. He decir que durante el trayecto hasta su casa temí por mi vida, ya que conduce como la Hormiga Atómica, para entendernos, es como ir de paquete con Jorge Lorenzo en un vespino de 125 c.c., pero en vez de en Mont Meló, por mitad de Barcelona... y encima con maleta incluída, vamos, un show. Nada más llegar a nuestro destino bajamos a una "celler", que es como llaman por aquí a las bodegas de barrio donde venden variedad de vinos. Pese a tener muy buenos caldos de la tierra, de los que ya hablaré según vayamos bebiéndolos estos días, anoche cenamos con un Cuatro Pasos de 2010 o el "Vino del Oso", de donde viene su historia. Se trata de un proyecto de la Bodega Martín Codax en el Bierzo. Es un vino 100% Mencía, una uva típica del suroeste español que prácticamente sólo se cultiva en la D.O. Bierzo y en algunas zonas de Galicia como la Ribera Sacra.
La Mencía es una variedad que me gusta bastante. No he probado muchos vinos hechos con esta uva, pero recuerdo dos en concreto que me parecieron muy buenos, uno es Pétalos del Bierzo y el otro es este. Cuatro Pasos tiene dos meses de crianza en barricas de roble francés y americano. He leído en otros blogs e icluso en fichas de cata que los vinos hechos con esta variedad son frutales, suaves y aterciopelados... Yo creo que al final todas las fichas están cortadas por el mismo patrón, no son nada originales... da igual el tipo de uva con el que esté hecho, parece que la descripción de todos los vinos dicen lo mismo, aunque lugo los pruebes y no tengan nada que ver con lo que dice la contraetiqueta o la misma ficha... pero en fin, parece que eso vende.
Cuatro Pasos me gusta mucho, es un vino con gran personalidad, personalidad que le da la Mencía, que para mi gusto, es muy diferente de otras variedades mucho más comunes y bastante parecidas entre sí. Es muy aromático en nariz y afrutado en boca... es cierto que no es astringente, pero tampoco lo considero suave y aterciopelado, para mi gusto es un vino fuerte, con cuerpo, equilibrado pero cuerpo, es completo y lleno en boca. Es fácil de pasar con una buena carne, pero creo que difícil para tomar unas copas sin nada que llevarse a la boca como puede ser el caso de otros vinos jóvenes o con dos meses de crianza. Anoche lo bebimos cenando una carne de vacío, así muy bien.
La etiqueta me gusta mucho, además me gustan las cosas que tienen una historia detrás, que aunque no sean conocidas, como es el caso de la historia del "Vino del Oso", le dan un sentido. No es difícil de encontrar, está en cualquier tienda especializada e incluso juraría que lo he visto en grandes superficies. El precio bastante bien, entre 7 y 8 euros, que para la calidad del vino me parece correcto.
Para concluir, creo que todo el vino sabe mejor si te lo tomas en un buen escenario y en buena compañía... el mío de anoche fue inmejorable, mis amigos viven en un sobreático con una terraza inmensa, por un lado puedes ver la montaña, con el parque de atracciones del Tibidabo y la Torre de Colserolla de Norman Foster, y por el otro el mar... un auténtico placer.
Llegué a la estación de Sants a las 9 de la mañana y mi amigo ya estaba esperándome con su motillo. He decir que durante el trayecto hasta su casa temí por mi vida, ya que conduce como la Hormiga Atómica, para entendernos, es como ir de paquete con Jorge Lorenzo en un vespino de 125 c.c., pero en vez de en Mont Meló, por mitad de Barcelona... y encima con maleta incluída, vamos, un show. Nada más llegar a nuestro destino bajamos a una "celler", que es como llaman por aquí a las bodegas de barrio donde venden variedad de vinos. Pese a tener muy buenos caldos de la tierra, de los que ya hablaré según vayamos bebiéndolos estos días, anoche cenamos con un Cuatro Pasos de 2010 o el "Vino del Oso", de donde viene su historia. Se trata de un proyecto de la Bodega Martín Codax en el Bierzo. Es un vino 100% Mencía, una uva típica del suroeste español que prácticamente sólo se cultiva en la D.O. Bierzo y en algunas zonas de Galicia como la Ribera Sacra.
La Mencía es una variedad que me gusta bastante. No he probado muchos vinos hechos con esta uva, pero recuerdo dos en concreto que me parecieron muy buenos, uno es Pétalos del Bierzo y el otro es este. Cuatro Pasos tiene dos meses de crianza en barricas de roble francés y americano. He leído en otros blogs e icluso en fichas de cata que los vinos hechos con esta variedad son frutales, suaves y aterciopelados... Yo creo que al final todas las fichas están cortadas por el mismo patrón, no son nada originales... da igual el tipo de uva con el que esté hecho, parece que la descripción de todos los vinos dicen lo mismo, aunque lugo los pruebes y no tengan nada que ver con lo que dice la contraetiqueta o la misma ficha... pero en fin, parece que eso vende.
Cuatro Pasos me gusta mucho, es un vino con gran personalidad, personalidad que le da la Mencía, que para mi gusto, es muy diferente de otras variedades mucho más comunes y bastante parecidas entre sí. Es muy aromático en nariz y afrutado en boca... es cierto que no es astringente, pero tampoco lo considero suave y aterciopelado, para mi gusto es un vino fuerte, con cuerpo, equilibrado pero cuerpo, es completo y lleno en boca. Es fácil de pasar con una buena carne, pero creo que difícil para tomar unas copas sin nada que llevarse a la boca como puede ser el caso de otros vinos jóvenes o con dos meses de crianza. Anoche lo bebimos cenando una carne de vacío, así muy bien.
La etiqueta me gusta mucho, además me gustan las cosas que tienen una historia detrás, que aunque no sean conocidas, como es el caso de la historia del "Vino del Oso", le dan un sentido. No es difícil de encontrar, está en cualquier tienda especializada e incluso juraría que lo he visto en grandes superficies. El precio bastante bien, entre 7 y 8 euros, que para la calidad del vino me parece correcto.
Para concluir, creo que todo el vino sabe mejor si te lo tomas en un buen escenario y en buena compañía... el mío de anoche fue inmejorable, mis amigos viven en un sobreático con una terraza inmensa, por un lado puedes ver la montaña, con el parque de atracciones del Tibidabo y la Torre de Colserolla de Norman Foster, y por el otro el mar... un auténtico placer.
sábado, 13 de julio de 2013
Cantos de Valpiedra, Rioja, Rioja
Anoche quedé con unos amigos para hacer lo que llamamos una noche "VPP", no, no, no quiere decir que fuera una fiesta en una Vivienda de Protección Pública, ni mucho menos, sino que en nuestro caso, las siglas responden a "Vino, Pizza, Play". Estas noches las hacemos frecuentemente, nos juntamos unos cuantos y uno pone la casa, otro las pizzas y normalmente, el vino lo pongo yo.
El que elegí fue Cantos de Valpiedra 2010, un vino que probé hace tiempo en Logroño, de la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca.) Rioja. Actualmente existen 62 denominaciones de origen en España, para el que no lo sepa, explicado rápidamente, la función de una denominación de origen (D.O.) es la de controlar y regular la calidad del vino en las diferentes zonas geográficas de nuestro territorio. Alguno se preguntará qué es eso de la D.O.Ca., pues bien, sólo hay un par de denominaciones de origen calificadas en España; Rioja y Priorat. Para obtener el distintivo de D.O.Ca. hay que cumplir una serie de requisitos, tales como tener una antigüedad superior a 10 años o que las bodegas adscritas no puedan en ningún momento tener vino en su interior que no proceda del territorio amparado por la D.O.
Cantos de Valpiedra es un vino que se realiza en la Finca Valpiedra, de la familia Martínez Bujanda. La uva es 100% Tempranillo, que como ya expliqué en un post, es la base de la mayoría de los vinos de Rioja. Los vinos tintos amparados bajo la D.O.Ca. Rioja tradicionalmente sólo podían realizarse con cuatro variedades de uva, Tempranillo, Garnacha, Graciano y Mazuelo. Actualmente, el consejo regulador ha levantado un poco la mano para ser más competitivos a nivel internacional y además de estas uvas, en algunas ocasiones autoriza la incorporación de otro tipo, pero siempre bajo la denominación de "variedades experimentales".
Cantos de Valpiedra es un vino con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano. En nariz se identifica rápidamente que es un vino de Rioja. Hay muchas otras D.O. que utilizan la variedad Tempranillo aunque se llamen de otra forma, como por ejemplo, Cencibel en La Mancha o Tinta de Toro, en la D.O. Toro. Sin embargo, tanto el aroma como el sabor de la Tempranillo de Rioja se identifica rápidamente. Parece una tontería, pero no lo es, es debido a las características de la tierra, o como decimos en España el terruño o en Fracia, terroir, factor que influye mucho en las propiedades de la uva. Bien, pues una vez dicho esto, la Tempranillo de Rioja tiene un aroma muy característico, de verdad, no hay que ser un gran entendido en vinos para identificarlo, si decidís probarlo recordad el aroma, es un claro ejemplo de vino 100% Tempranillo de La Rioja.
En boca es un vino moderno, agradable, muy fino, ligero y fácil de pasar... sólo 12,5 grados, de esos que no te das cuenta y te has bebido la botella entera. Para mi gusto no tiene un recorrido muy largo, pero es sabroso. Marida perfectamente con cualquier cosa, por eso para las noches "VPP" suelo elegir un Riojita, eso sí, siempre crianza, ya que un reserva o un gran reserva ya son palabras mayores, son para tomar con una buena carne roja o de caza, pero en el caso de este vino, a mi parecer, marida perfectamente con una carne blanca, un estofado o como el caso de ayer ¡una pizza! Para los grandes entendidos en vino, esto puede ser un sacrilegio, así que si a alguien le molesta, lo siento, pero me encanta el buen vino con una pizza y buena compañía, de verdad, os lo aconsejo, una noche "redonda".
Nunca suelo hablar de la fase visual, para ver bien el color del vino hace falta una luz muy concreta, con lo que normalmente, omitiré esta parte. La etiqueta muy identificadora, el nombre y tres cantos rodados característicos del terruño, unas viñas con un suelo pedregoso y calizo. No es un vino que se encuentre fácilmente, es más de tienda especializada, yo lo compré en Lavinia. El precio normal... en torno a 11 euros, no es que sea precisamente barato, pero la calidad lo merece.
Para concluir, a todos nos gustó mucho, un Rioja moderno, pero Rioja 100%. Un vino muy correcto y muy recomendable. Después de cenar unos partiditos al FIFA 13, aunque todo sea dicho, siempre me termino enfadando porque me "pulen", pero como el buen vino, esas noches siempre dejan muy buen sabor de boca.
El que elegí fue Cantos de Valpiedra 2010, un vino que probé hace tiempo en Logroño, de la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca.) Rioja. Actualmente existen 62 denominaciones de origen en España, para el que no lo sepa, explicado rápidamente, la función de una denominación de origen (D.O.) es la de controlar y regular la calidad del vino en las diferentes zonas geográficas de nuestro territorio. Alguno se preguntará qué es eso de la D.O.Ca., pues bien, sólo hay un par de denominaciones de origen calificadas en España; Rioja y Priorat. Para obtener el distintivo de D.O.Ca. hay que cumplir una serie de requisitos, tales como tener una antigüedad superior a 10 años o que las bodegas adscritas no puedan en ningún momento tener vino en su interior que no proceda del territorio amparado por la D.O.
Cantos de Valpiedra es un vino que se realiza en la Finca Valpiedra, de la familia Martínez Bujanda. La uva es 100% Tempranillo, que como ya expliqué en un post, es la base de la mayoría de los vinos de Rioja. Los vinos tintos amparados bajo la D.O.Ca. Rioja tradicionalmente sólo podían realizarse con cuatro variedades de uva, Tempranillo, Garnacha, Graciano y Mazuelo. Actualmente, el consejo regulador ha levantado un poco la mano para ser más competitivos a nivel internacional y además de estas uvas, en algunas ocasiones autoriza la incorporación de otro tipo, pero siempre bajo la denominación de "variedades experimentales".
Cantos de Valpiedra es un vino con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano. En nariz se identifica rápidamente que es un vino de Rioja. Hay muchas otras D.O. que utilizan la variedad Tempranillo aunque se llamen de otra forma, como por ejemplo, Cencibel en La Mancha o Tinta de Toro, en la D.O. Toro. Sin embargo, tanto el aroma como el sabor de la Tempranillo de Rioja se identifica rápidamente. Parece una tontería, pero no lo es, es debido a las características de la tierra, o como decimos en España el terruño o en Fracia, terroir, factor que influye mucho en las propiedades de la uva. Bien, pues una vez dicho esto, la Tempranillo de Rioja tiene un aroma muy característico, de verdad, no hay que ser un gran entendido en vinos para identificarlo, si decidís probarlo recordad el aroma, es un claro ejemplo de vino 100% Tempranillo de La Rioja.
En boca es un vino moderno, agradable, muy fino, ligero y fácil de pasar... sólo 12,5 grados, de esos que no te das cuenta y te has bebido la botella entera. Para mi gusto no tiene un recorrido muy largo, pero es sabroso. Marida perfectamente con cualquier cosa, por eso para las noches "VPP" suelo elegir un Riojita, eso sí, siempre crianza, ya que un reserva o un gran reserva ya son palabras mayores, son para tomar con una buena carne roja o de caza, pero en el caso de este vino, a mi parecer, marida perfectamente con una carne blanca, un estofado o como el caso de ayer ¡una pizza! Para los grandes entendidos en vino, esto puede ser un sacrilegio, así que si a alguien le molesta, lo siento, pero me encanta el buen vino con una pizza y buena compañía, de verdad, os lo aconsejo, una noche "redonda".
Nunca suelo hablar de la fase visual, para ver bien el color del vino hace falta una luz muy concreta, con lo que normalmente, omitiré esta parte. La etiqueta muy identificadora, el nombre y tres cantos rodados característicos del terruño, unas viñas con un suelo pedregoso y calizo. No es un vino que se encuentre fácilmente, es más de tienda especializada, yo lo compré en Lavinia. El precio normal... en torno a 11 euros, no es que sea precisamente barato, pero la calidad lo merece.
Para concluir, a todos nos gustó mucho, un Rioja moderno, pero Rioja 100%. Un vino muy correcto y muy recomendable. Después de cenar unos partiditos al FIFA 13, aunque todo sea dicho, siempre me termino enfadando porque me "pulen", pero como el buen vino, esas noches siempre dejan muy buen sabor de boca.
miércoles, 3 de julio de 2013
Atteca Oriente, el hermano del vino que conquistó los Oscar
Anoche me dieron una buena sorpresa. Por la tarde me llamó un amigo que vive en Barcelona. Iba en el AVE y venía a Madrid por un viaje de trabajo y como siempre que baja, se quedó a dormir en mi casa. Esto se ha convertido en una costumbre, ya que nos conocemos hace quince años y desde que se fue a vivir a Cataluña nos vemos "de uvas a peras". Es un amigo de esos como se tienen pocos, que te hacen la vida feliz, de los que te alegran el día aunque lo hayas tenido pésimo, la verdad es que el tío siempre está de buen humor y te hace pasar muy buenos ratos.
A los dos nos gusta mucho el vino, pero quizás él es más de experimentar... así que siempre que nos juntamos a comer o a cenar, procuramos descubrir vinos nuevos, o al menos, desconocidos para nosotros. A él le gustan mucho los vinos catalanes, que por cierto, los hay riquísimos, pero yo soy más de otras zonas, así que decidí elegir el camino del medio, como se dice "ni pa tí ni pa mí", uno de la D.O. Calatuyud, en Zaragoza, entre Madrid y Barcelona.
El vino que elegí fue Atteca Oriente de 2010, del grupo de bodegas OROWINES, un proyecto bodeguero ligado a la familia Gil, una familia de tradición bodeguera desde 1916. Había oído hablar de este vino, ya que su "hermano pequeño", Honoro Vera, fue elegido entre varios para acompañar la ceremonia de entrega de los Premios Oscar, todo un honor para los vinos españoles teniendo en cuenta que Estados Unidos, aunque cada vez menos, sigue siendo un feudo de los caldos italianos y franceses.
Atteca Oriente es un vino hecho a base de uva 100% Garnacha, una variedad de origen algo incierto, aunque se dice que podría haber surgido en Aragón. Es una uva bastante dulce, con lo que da unos vinos de alta graduación y bastante golosos. Tiene una crianza de 6 meses en barrica de roble francés y americano. Al abrirlo, en nariz, ya se nota mucho la fruta y que va a ser un vino con bastante grado, 14,5 para ser exactos. No terminábamos de identificar bien el aroma, ya que nos recordaba a algo muy concreto... empezamos a decir que si mora, que si regaliz y tal, pero de repente, a mi colega se le encendió la bombilla y dijo ¡juanola!, ¡huele a las pastillas juanolas!, y efectivamente ese era el aroma, lo clavó. En boca, al principio muy dulce, es largo y bastante untuoso, es decir, que te llena el paladar... al principio da mucha fruta, fruta negra, bajo mi punto de vista, demasiada, se me hizo un poco pesado, pero luego empiezan los tonos tostados de la madera y mejora. También mejorará si se abre una horita antes de servirlo, pues nos gustó mucho más a partir de la segunda copa.
Al final, opiniones contrapuestas, a mi amigó le gustó bastante, a mí me gustó, pero no es de los mejores que he probado, es tan afrutado que se me hacía algo complicado pasarlo, posiblemente por la Garnacha, que personalmente, no es una de mis variedades preferidas, aunque mezclada con otras, como la Tempranillo, da un toque muy agradable. También pudo influir que lo bebimos con unos solomillos de atún, que a pesar de estar exquisitos, quizás no acerté con el maridaje, ya que la salsa de soja no acompañaba al vino, pues puede ser que la mezcla lo endulzara más. Creo que iría mejor con una carne roja y al que le gusten los vinos muy afrutados, le encantará.
Es un buen vino, el precio normal, en torno a unos 11 euros. la etiqueta sobria pero moderna, con el nombre y el logotipo de la bodega sobre fondo negro y poco más. A petición de un seguidor de mi twitter @thenewwinetimes, voy a empezar a comentar dónde adquirirlos; yo lo compre en Lavinia, pero se puede comprar también en otros sitios de Internet como en Verema o en Uvinum. Por último, por si no las conocéis, os recomiendo Bodegas Santa Cecilia, para mí, unas de las mejores tiendas de vinos y licores de Madrid.
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